Ya soy libre, ya no pesa
la sombra de lo que fuimos
ya soy libre, ya no quema
el pensar lo que no hicimos.
Sueño en vilo, estoy perdido
cuento historias al revés
no te extrañes si me ves
sumergido en lo que escribo.
Todavía me despierto
sin saber bien lo que siento.
Aun así no me arrepiento
pues para ti ya estoy muerto.
13/09/2014
11/07/2014
Ni de noche, ni de día
mil historias me rodean
cada una es diferente
otra vez el déjà vu
solo entre tanta gente
y las noches me recuerdan
lo engañosa que es la mente
cada pena que sentía
se me clava de repente
siento frío al despertarme
siento rabia a mediodía
nunca supe que sentía
hasta que empecé a temerme
y mi sombra me persigue
triste, loca e inconsciente
y ya no me reconoce
llora cuando me ve ausente
y no sé cómo evitarlo
no soy sólo diferente
y el espejo me da miedo
no sé a quién tengo enfrente
siento miedo al despertarme
siento pena al mediodía
nunca supe que sentía
hasta comenzar a odiarme
un extraño de ojos huecos
que no sé si es inocente
miente, insulta y decepciona
desde dentro de mi mente
ya no siento al despertarme
triste y solo al mediodía
nunca sabré si sentía...
nunca aprenderé a expresarme
nunca aprenderé a callar
ni de noche, ni de día
cada una es diferente
otra vez el déjà vu
solo entre tanta gente
y las noches me recuerdan
lo engañosa que es la mente
cada pena que sentía
se me clava de repente
siento frío al despertarme
siento rabia a mediodía
nunca supe que sentía
hasta que empecé a temerme
y mi sombra me persigue
triste, loca e inconsciente
y ya no me reconoce
llora cuando me ve ausente
y no sé cómo evitarlo
no soy sólo diferente
y el espejo me da miedo
no sé a quién tengo enfrente
siento miedo al despertarme
siento pena al mediodía
nunca supe que sentía
hasta comenzar a odiarme
un extraño de ojos huecos
que no sé si es inocente
miente, insulta y decepciona
desde dentro de mi mente
ya no siento al despertarme
triste y solo al mediodía
nunca sabré si sentía...
nunca aprenderé a expresarme
nunca aprenderé a callar
ni de noche, ni de día
06/06/2014
Medio dormido
Al tenerte aquí delante, tras haber sentido tanto, y al sentir que ya no siento ni mi llanto al añorarte. Te escribo medio dormido, te escribo arrepentido.
Siento no poder hablarte, lo siento si te he querido; pero ya perdí el sentido por no poder ni mirarte. Te escribo desde el olvido, te escribo porque te has ido...
No podré sino extrañarte cuando callen mis sentidos.
Siento no poder hablarte, lo siento si te he querido; pero ya perdí el sentido por no poder ni mirarte. Te escribo desde el olvido, te escribo porque te has ido...
No podré sino extrañarte cuando callen mis sentidos.
24/04/2014
Diferente
y hoy lo voy a hacer diferente
no pienso rimar un solo verso
estoy harto de rutinas
y del pensamiento cerrado
pues la rima no es la letra
con que acabas tus palabras
es la mirada que enfoca
lo que ves y lo que sientes
si la métrica no encaja
¿qué me importa, siempre y cuando no te importe?
piénsalo por un momento
la gracia de la poesía es atraer a alguien
a quien coincida
a quien lo sienta
o eso creo
no a quien crea que tu arte
puede medirse en cifras
o en terminaciones
ni se lee con la mirada
ni se siente con los dedos
la rima está más adentro
en cualquier sombra de cualquier verso de tu vida
rima lo que quieras
y dime lo que quieras, cuando tú quieras
que quizás rime esta parte
por pereza y porque sí
en este montón de palabras, sí, un poco improvisado
y pobremente rimado
lo escribí porque yo quise
porque estoy un poco harto
de la rima y del sistema
de contar palabras y amagar versos
y ya ves que ya me cansa
y si hay algo que me quema
es el ruido de tu llanto
al decir que esto no rima
no creas que me trastoca
pero odio que me mires así
cuando yo nunca te dije nada
hay que ponerle punto al fin
empieza por donde quieras
y termina por aquí
que pa' eso te escribí.
no pienso rimar un solo verso
estoy harto de rutinas
y del pensamiento cerrado
pues la rima no es la letra
con que acabas tus palabras
es la mirada que enfoca
lo que ves y lo que sientes
si la métrica no encaja
¿qué me importa, siempre y cuando no te importe?
piénsalo por un momento
la gracia de la poesía es atraer a alguien
a quien coincida
a quien lo sienta
o eso creo
no a quien crea que tu arte
puede medirse en cifras
o en terminaciones
ni se lee con la mirada
ni se siente con los dedos
la rima está más adentro
en cualquier sombra de cualquier verso de tu vida
rima lo que quieras
y dime lo que quieras, cuando tú quieras
que quizás rime esta parte
por pereza y porque sí
en este montón de palabras, sí, un poco improvisado
y pobremente rimado
lo escribí porque yo quise
porque estoy un poco harto
de la rima y del sistema
de contar palabras y amagar versos
y ya ves que ya me cansa
y si hay algo que me quema
es el ruido de tu llanto
al decir que esto no rima
no creas que me trastoca
pero odio que me mires así
cuando yo nunca te dije nada
hay que ponerle punto al fin
empieza por donde quieras
y termina por aquí
que pa' eso te escribí.
29/03/2014
Horas prohibidas
destripando cada una
de las dudas que me queman
en estas horas prohibidas
donde nacen cicatrices
de las vueltas de la vida
si la pena es mi castigo
y la soledad su manto
sólo siento que no aguanto
y en mis lágrimas me abrigo
pues si no lo digo muero
y si no grito reviento
¿oirá alguien mi lamento
en este triste agujero?
de las dudas que me queman
en estas horas prohibidas
donde nacen cicatrices
de las vueltas de la vida
si la pena es mi castigo
y la soledad su manto
sólo siento que no aguanto
y en mis lágrimas me abrigo
pues si no lo digo muero
y si no grito reviento
¿oirá alguien mi lamento
en este triste agujero?
25/03/2014
El límite
..caminando
sobre esa delgada línea que delimita la libertad humana; sobre los
bordes de la cordura; junto a la usura, junto a la sombra de la figura
con alas que el hombre llama locura... y contemplando, allá a lo lejos,
desde una celda más o menos real, eso a lo que muchos aspiran y a lo que
algún insensato se atrevió a llamar "vida"..
23/03/2014
Noche de marzo
tristeza del viento frío
que se posó en su ventana
triste desde la mañana
en que volvió al lado mío
te extraño y te necesito
en el silencio te nombro
en mi desierto infinito
en esta noche sin alma
la luna de ahumado trazo
me mira, llorando en calma...
amarga luna de marzo
que se posó en su ventana
triste desde la mañana
en que volvió al lado mío
te extraño y te necesito
en el silencio te nombro
en mi desierto infinito
en esta noche sin alma
la luna de ahumado trazo
me mira, llorando en calma...
amarga luna de marzo
02/03/2014
El ritmo del silencio
Y dejar que nos conmueva.
Que la vista se descentre, que recorra el interior en busca de algo de valor con lo que obsequiarnos. Destensar cada músculo del cuerpo, que el latido de la sangre se relaje al inundarse con el ritmo del silencio. Así de lento. Hasta que cale hondo. Hasta que erosione el alma.
Que deshaga cada nudo, que desclave cada espina alojada en la garganta del ser frío y aniñado que sólo llora palabras.
Y escribir lo que te nazca. Que del ruido se hace música, y del llanto melodía. Que en el alma nace el arte, y en la pena la poesía.
26/02/2014
..jamás..
..escribiendo una vez más
que así el ruido se hace humo
en el que volaré mi alma
y se entremezcla con mi llanto
vuelven a bailar con calma
y se alejan mientras fumo
para no volver jamás..
que así el ruido se hace humo
en el que volaré mi alma
y se entremezcla con mi llanto
vuelven a bailar con calma
y se alejan mientras fumo
para no volver jamás..
16/02/2014
Los brazos de la locura
Marta
llevaba ya dos años trabajando en el Teléfono de la Esperanza. Se sentía muy
satisfecha de poder ayudar en algo a todo aquel que pudiera necesitarlo,
haciendo compañía a gente que había perdido a su familia, o a aquellos de
quienes sus parientes habían prescindido por considerarlos un estorbo. Dentro
de todas las personas que llamaban, había varios a los que Marta ya conocía, puesto
que en ella encontraron una gran amiga, y la solicitaban cada vez que cogían el
teléfono para buscar compañía. Entre esas pocas voces, la de un tal Paolo era
la que más le impresionaba. Una voz profunda y sabia, relatando un turbio
sufrimiento con aparente tranquilidad, que daba pocos datos, que interrumpía y
que a menudo callaba, dejando oír una respiración superficial e inestable. Era
esta voz para Marta como un reto personal; sentía la necesidad de hacerle
sonreír, de aliviarle de su dolor y, por qué no, de conocerlo en persona.
Una
tarde, recibió una nueva llamada de Paolo (solía telefonear de dos a cinco
veces al mes), con la extraña sensación de que ese día iba a ser distinto, de
que algo no iba a salir bien. Descolgó el teléfono, y no pudo evitar emitir una
leve sonrisa de serenidad al reconocer su voz, que empezó diciendo:
-Tarde de abril, siete menos cuarto. Me encuentro
solo, muy solo, y creo que puedo verle sentido al sonido de mis zapatos
mientras ando. Esa dulce melodía que me acompaña siempre
en mis eternas divagaciones a lo largo del pasillo; hay algo en ella que
me atrapa, me retuerce y que se anticipa a mis lamentos. Es el sentido de mi
vida, la estrella que me guía a través de las nubes que anidan en mi mente.
-Buenas noches Paolo, aquí estoy para hacerle
compañía, escucharle y ayudarle en todo lo que…
-Aunque también pienso en aquella niña –prosiguió
Paolo, como si no hubiera oído nada-, perdida entre la niebla, siendo sin ser
vista, tan leve y frágil como si jamás pudiera ser rozada. La quiero como nunca
creí que pudiera querer a nadie, como nadie me ha querido. Nunca estaré seguro
de haberla visto realmente, temo que fuera una de tantas ilusiones que rondan
mi cabeza. Aun así, quiero que siga viviendo dentro de mí por siempre. Empecé a
ser humano cuando la sentí en mí por primera vez, nadando dulcemente en un halo
de incertidumbre.
Hubo un silencio, en el que solamente se podía oír
la respiración del hombre, más intranquila de lo habitual, donde Marta no pudo
hacer más que escuchar mientras todo se detenía a su alrededor. Presentía algo
malo, pero no pudo decir palabra alguna.
-Siete menos diez. Siento helor en mis venas, no
creí que quisiera reclamarme hoy, pero lo hace. Se acerca, murmura, delira;
tengo frío. Suspiro aquí, a la luz de las velas, bebiéndome los días con sabor
a alquermes, sintiendo que mi vida no es más que una eterna retahíla de sucesos
en mi contra. Todo este disparate me está matando, y como no quiero resistir, lloraré en sus
brazos; los brazos de la locura.
Marta enmudeció, apretando fuertemente el auricular
contra su oreja. Pasó un segundo, una hora, una eternidad, y oyó un
ensordecedor golpe, que enseguida reconoció como un disparo. Palideció, comenzó
a temblar, su cabeza se llenó de ideas que no entendía, pero que le
atormentaban. Un zumbido recorrió sus oídos, tras el cual cayó inconsciente.
Despertó en una sala blanca, donde un hombre de unos
sesenta años la miraba sosegadamente, con una expresión de inocencia y de
bienestar en sus ojos pardos. Paolo alzó la mano lentamente, comenzó a
susurrar, y su voz se perdió para siempre en la oscuridad, al tiempo que Marta
cerraba los ojos, sumergida en un completo estado de tranquilidad del que no
regresaría.
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