31/05/2012

..a dos metros bajo tierra..


Seguro que lo has sentido alguna vez. Notar que tienes algo dentro, pidiendo a gritos salir, pero que ni tus tímidos actos ni tus torpes palabras saben describir. Eso me pasa a mí, en este momento.

En tu interior hay mil batallas, la mitad contigo mismo, haciéndose un hueco entre las mil decepciones, los mil y un enfados, y el único sentimiento que entiendes es la duda. Dudas de todo, dudas de todos, y dudas de que realmente sientas lo que crees sentir. Supongo que nos pasa a todos.

¿Cómo librarse de esto? Mi método es bien sencillo: dejar que se enfríe, poco a poco, hasta volverse estéril e incoloro. Creo que es el método que uso para todos mis problemas.

Derramar la pena en lágrimas siempre ayuda. O en tinta. O en música. Al fin y al cabo todo es arte, y el arte está ahí para ayudarnos en momentos así. Para darnos calor y cobijo. El arte es un laberinto de emociones donde hallar el escondrijo de la paz caduca, pues no hay placer eterno en esta vida; si acaso, sólo el placer de dormir solo en una tumba, a dos metros bajo tierra; a dos metros bajo los problemas. 

02/05/2012

¿Y de qué sirve?

-¿De qué coño sirven tus promesas cuando se van con el viento?
-Supongo que sólo posponen mi pena, al igual que cuando lloro.
-¿Y acaso eso sirve de algo? ¿De qué sirve reanimar algo ya muerto? A veces deseo que el destino me lleve consigo; sin avisar, sin pretenderlo. Sin tener que sentirme culpable. No hay cosa que odie más.